18 de junio de 2009

DELIRIOS DE LA RAZON

EXPOSICION DELIRIOS DE LA RAZON
DAVID LACHAPELLE
COLEGIO DE SAN ILDEFONSO


Para comenzar mi reporte me gustaría hablar un poco acerca de la biografía de David Lachapelle.
Lachapelle es un fotógrafo estadounidense que se dedica a la fotografía, es un artista surrealista, controversial e irreverente.
Lachapelle a trabajado con marcas, resvistas, actrices y actores muy importantes como Vogue, Rolling Stone, Interveiw solo por nombrar algunas, marcas reconocidas como FORD, LOREAL, DIESEL JEANS y figuras del medio de la frandula como Leonardo DiCaprio, Maddona, Cristina Aguilera etc.
Lachapelle es un fotógrafo instintivo cuando hablamos de fotografía como un talento nato podemos referirnos a David Lachapelle. Este nos presenta en sus obras una definición de lo que vivimos hoy como sociedad de los vicios, los abusos, el fanatismo, contradicciones, injusticias la ceguera social que se vive hoy.
Sus fotografías son el medio para replenatear y analizar el mundo en el que vivimos lachapelle es un fotógrafo que utiliza muchos elementos para contrastar una obra y transmitir el mensaje, pues lo chusco, con escenarios irreverentes, el surrealismo la utilización de figuras publicas y personajes importantes para la sociedad y la religión son aquellos elementos que permiten identificar una obra de Lachapelle y encontrar la objetividad del mensaje que transmite en sus fotografías.
Cada imagen llama la atención en todos los sentidos hay una sala que para mi fue muy interesante pues se muestra una serie de autos de marcas importantes autos lujosos unos sobre otros chocados. Si analizamos podemos ver el contenido de la sala y el mensaje que hace referencia al abuso.
O un contexto mas importante como un cristo rodeado de raperos si observamos a los personajes todos fijan su mirada en un ser importante en esa figura de suma importancia social y religiosa imagen que no fija su vista en alguien mas sin embargo los elementos que rodean a cristo si y la chapelle menciona que los artistas también aman alas celebridades. Es una fotografía interesante que muestra un mundo convulsionado por el fanatismo, los vicios y las arbitrariedades, esta imagen es el punto para reflexionar acerca de nosotros donde estamos y vivimos llegar al transfondo de nuestra refexion.
Lachapelle como se describe en algunas partes del museo es un artista que organiza sus escenarios para provocar filtros que transmitan esas verdades contenidas componiendo cada uno de los elementos que lo caracterizan como , lo controversial, irreverente, los personajes. Mostrando con ello las consecuencias provocadas por un consumo exagerado y un progreso incontrolado de una sociedad enferma por los vicios y las exageraciones.
Dentro de las obras de Lachapelle no podemos olvidar la sutileza en algunas de ellas que nos llevan a recordar obras históricas en una de ellas el se retrata en una catedral junto con otros elementos como niños y otros personajes.
Es importante reconocer todo ello y analizar cada una de las obras pues el inter-actúa mucho con el receptor, muchas de ellas tienen mensajes no solo en general para una sociedad sino para el individuo algunos personajes de sus obras interactúan con el que las esta observando como la de un bombero apagando el fuego el bombero nos observa y tal vez busque hacernos una pregunta o también esperando a que reaccionemos en cuanto al incendio.
Es una buena exposición fotográfica nos podemos dar cuenta nosotros que estudiamos fotografía de cada uno de los elementos que intervienen para crear una imagen y nos invita a analizar todos los elementos que un contexto debe tener para lograr la interacción con el receptor y la transmisión de mensajes.
Quizás como estudiantes aun no sea muy difícil poder utilizar tantos elementos y lograr crear un mensaje como las fotografías de lachpelle. Pero la observación y la identificación de estas obras son elementos que nos ayudan a desarrollar una idea para transmitir vivencias por medio de la imagen y desarrollar el instinto en una fotografía.

El Acto de Fotrografiar y La Fotografia

Al ver el movimiento de un hombre con su cámara o de una cámara con su hombre, presenciamos los movimientos propios de la cacería. Se trata del antiguo acto del cazador paleolítico en la tundra. La diferencia consiste en que el fotógrafo no lleva a cabo su persecución entre pastizales abiertos, sino en un denso bosque de objetos culturales, y en que los diferentes senderos de su cacería están formados por esta su taiga artificial. Los obstáculos de la cultura, la condición cultural, informan el acto fotográfico, y como tesis será posible descifrarlo a partir de las fotografías.
Mientras anda de cacería, el fotógrafo se mueve de una categoría espacio-tiempo a otra, y las combina durante la acción. Su cacería es un juego que consiste en combinar las categorías espacio-tiempo de la cámara, y lo que vemos cuando miramos la fotografía es precisamente la estructura de este juego, no la estructura de la condición cultural del fotógrafo por lo menos no inmediatamente.
Básicamente, el fotógrafo en el sentido mas estricto propuesto, trata de establecer situaciones que no han existido: no busca situaciones en el mundo exterior: ese mundo no es sino el pretexto para establecer las situaciones improbables propuestas. El fotógrafo las busca no allá afuera sino dentro de las virtualidades contenidas en el programa de la cámara. En ese sentido, la distinción tradicional entre realismo e idealismo es superada por la fotografía: el mundo exterior no es lo real; tampoco los conceptos internos del programa del aparato; lo real es la imagen tal cual. El mundo y el programa del aparato no son más que premisas para la realización de las fotografías; son virtualidades que tienen que realizarse en la fotografía. Lo que tenemos, entonces, es una inversión del vector de significación: no es lo real lo significado, sino lo significante, la información, el símbolo. Esta inversión del factor de significación caracteriza todo lo que se relaciona con los aparatos, y por tanto, con la pos industria en general.
Las fotografías, tal y como las vemos en todos lados, son el producto del acto fotográfico. Una deliberación del acto fotográfico servirá entonces como introducción a esas superficies omnipotentes.
Las fotografías son omnipresentes: están en álbumes, revistas, libros, aparadores, carteles, latas, papel para envoltura, cajas y tarjetas postales.
El observador ingenuo admite tácitamente que puede ver el mundo a través de las fotografías; esto implica que el mundo de las fotografías es congruente con el mundo “exterior”. Por su puesto, esta es una filosofía rudimentaria de la fotografía. Pero ¿puede ser sostenida? El observador ingenuo ve situaciones de color y blanco/negro en el universo fotográfico; pero, ¿hay situaciones de color y blanco/negro equivalentes en el mundo “exterior”? Y si no, ¿Cómo se relaciona con el mundo el universo fotográfico? Con este tipo de preguntas, el observador ingenuo se encuentra frente a la misma filosofía de la fotografía que intenta evitar.
En resumen, las fotografías, como todas las imágenes técnicas, son conceptos transcodificados en situaciones; conceptos manifiestos tanto en las intenciones del fotógrafo como en ele programa de los aparatos. Esto demuestra que la tarea de la crítica fotográfica consiste en descifrar aquellas codificaciones mutuamente relacionadas de cada fotografía. El fotógrafo codifica sus conceptos en fotografías y a través de ellas, las cuales informan después de otras, sirven de modelos para otras, y hacen inmortal al fotógrafo en la memoria de otros. La cámara codifica los conceptos contenidos en su programa en y a través de las fotografías, las cuales intentan entonces programar a la sociedad como un mecanismo retro alimentador cuyo fin es el futuro mejoramiento del programa. Cuando la critica fotográfica logra comprender estas dos intenciones contenidas en cada fotografía, pero puede considerarse que el mensaje fotográfico ha sido descifrado. Pero mientras la critica fotográfica fracase en esto, las fotografías permanecerán indescifradas y mantendrán su apariencia de situaciones del mundo “exterior”, las cuales parecen haberse impreso “por si mismas” sobre una superficie. Si se permitiera aceptar a las fotografías de manera acrítica, ellas servirían perfectamente a su propio fin: programarían ala sociedad para una conducta mágica ala servicio de las funciones de los aparatos.

PAISAJES HURBANOS